Como ya vimos en el anterior artículo, Richard Cantillon se enriqueció especulando en dos burbujas ambas a principios del siglo XVIII. Tras la burbuja de 1720 en Francia, Cantillon se encontró con problemas legales. Para defenderse de las denuncias de sus clientes en su banco de París elaboró un extenso ensayo: Essai sur la nature du commerce en générale. Curiosamente este documento es una obra completa que refleja casi todo su pensamiento sobre cómo funcionaban para él la economía, los precios, el dinero…
El mundo irregular y de la acción humana
La principal obra de Cantillon tiene ciertas peculiaridades. Está muy ligada al mundo que él observó como empresario, donde muchos conocimientos u observaciones tienen que ver más con un análisis práctico de la época que con pura teoría económica. El “essai” es un libro descriptivo y observador, que intenta mostrar la realidad económica y empresarial de la época tal y como era a la vez que explica algunos fenómenos. Cantillon trataba de explicar cómo se agrupaba la población en ciudades, cómo éstas crecían y por qué, por qué los mercados se organizaban en los centros urbanos y no en el medio rural, por qué algunas profesiones generaban mayor renta que otras… La prueba que lo constata es que hizo un gran esfuerzo por añadir un apéndice estadístico para mostrar muchos de los fenómenos que analizó. Pero además dejó constancia de ciertos conceptos y procesos económicos que trataré en los siguientes apartados. Si algo caracteriza a Cantillon (que no está exento de muchos errores e imperfecciones) es su mundo irregular e imperfecto sobre todo en los temas monetarios, la visión de un empresario que vivió en medio de todo lo que describe frente a otros economistas que se caracterizan y caracterizaban por abstraerse de la realidad y caer en la simplificación al modelizar.
El papel del empresario
Uno de los principales rasgos del pensamiento de Cantillon es su reconocimiento al papel del empresario. Aunque pueda parecer sorprendente, gran parte de la investigación económica (y así se enseña en las universidades) ha considerado que el mercado funcionaba “sobre el vacío”, es decir, sin empresarios. La mano invisible de Adam Smith o el “auctioneer” (subastador) de Walras siempre han establecido el sistema de precios y la economía como algo automático. Los precios son un simple vector matemático, que ante cambios en las circunstancias del mundo real se ajustan de modo automático e instantáneo. Sin embargo, Cantillon ya advertía del papel de los empresarios o especuladores a la hora de llevar a cabo este papel, la dificultad y el tiempo que suponía esta tarea. Les comparaba con supervisores estatales que se ocupaban de supervisar las tareas de producción de un reino, pero ya era capaz de advertir de los incentivos (beneficios) que tenía un empresario para hacer su papel con mucho más entusiasmo que un supervisor a sueldo.
La principal dificultad a la que se enfrenta el empresario es la incertidumbre, de modo que el empresario compra a un precio conocido para vender a un precio desconocido. Es decir, en el momento de contratar los factores de producción conoce el precio de éstos, pero no el precio al que venderá el resultante producto. Así, el precio del bien o servicio a vender debe cubrir el coste de estos factores más un beneficio. De esta forma y valorando las distintas oportunidades de beneficio, el empresario contrata más o menos factores de producción para producir más o menos de un bien o de otro. Para poder explicar este proceso, Cantillon expuso dos conceptos: valor intrínseco y valor de mercado.
Valor intrínseco y valor de mercado
Para nuestro autor, todos los bienes tenían un valor intrínseco y a su vez un precio de mercado, cuando estos divergían entonces surgía una oportunidad de beneficio y esto atraía a más empresarios a proveer ese bien. Para Cantillon, el valor intrínseco de un bien era el coste de producirlo más un “beneficio normal”, aunque no fue capaz de desarrollar el valor subjetivo de un bien, sino que en realidad se equivocó al pensar en el valor intrínseco de los bienes como algo objetivo. De hecho, Cantillon pensaba que el valor intrínseco de un bien venía dado por la suma de tierra y trabajo usados para obtenerlo. A pesar de este desliz, sí que fue capaz de advertir el mecanismo por el cual trabajan los precios. Valor intrínseco y precio de mercado convergen cuando los empresarios tratan de aprovechar las oportunidades de beneficio que surgen como resultado de la divergencia entre ambos. Si los empresarios son hábiles, perspicaces y despiertos el sistema de precios reflejará mejor el valor de los bienes.
Fuentes de expansión monetaria
Él se dio cuenta de que la abundancia de dinero hace que las cosas sean más caras, pero no analizó cómo sucedía eso. La gran dificultad de este análisis estriba en descubrir por qué camino y en qué proporción el incremento en la cantidad de dinero eleva el precio de las cosas. (Richard Cantillon sobre John Locke)
Aunque consideremos crédito, oro y billetes de banco como dinero, tienen diferencias. Cantillon se dio cuenta de que los efectos de una expansión monetaria eran diferentes dependiendo de dónde se produjese. No cayó en la falsa trampa de establecer relaciones directas y constantes entre cantidad de dinero y precios, sino que reconoció la irregularidad y las peculiaridades de las fuentes de expansión monetaria. Distingue las siguientes:
Mayor extracción de oro y plata: Ponía el ejemplo de España y Portugal en los siglos XVI y XVII como dos potencias decadentes debido a los descubrimientos de metales en América. Los propietarios de las minas y el rey disponían de más plata y oro, y ante la nueva situación demandaban más bienes con la nueva capacidad monetaria. Ya los escolásticos españoles observaron cómo los precios eran más altos a medida que geográficamente nos acercábamos a las minas y al desembarco de nuevos metales. Semejante situación hizo elevar los precios en España haciendo sus manufacturas menos competitivas creando un déficit estructural en la balanza de pagos. Cuando las nuevas fuentes monetarias se agotaron o decayeron y la Península Ibérica comenzó una larga decadencia en Europa.
Influjos de capital o crecimiento del crédito: En el caso de la expansión crediticia alertaba de que en un principio la industria iniciaba un ciclo expansivo (más crédito y capacidad monetaria para iniciar nuevos proyectos) pero que posteriormente el déficit en la balanza de pagos provocaba el necesario ajuste. La nueva cantidad monetaria se insertaba en la actividad productiva vía préstamos, lo que elevaba los precios y producía un déficit por cuenta corriente. Los ciudadanos importan más bienes y necesitan cada vez más tesorería, pero lo que había iniciado la expansión era crédito y se producía una crisis de liquidez cuando las reservas de oro y plata se reducían. Una observación interesante de Cantillon es el aumento de la recaudación por imposición indirecta, que incentivaba a los gobernantes a gastar más, y que cuando caía la recaudación la hacienda real entraba en crisis. Este punto lo desarrolla posteriormente la Teoría Austriaca del Ciclo Económico.
Superávit en la balanza de pagos: También se dio cuenta de que algunos países atraían fondos a base de exportar más de lo que importaban pero este fenómeno finalmente se acababa frenando debido al aumento de los precios de los factores de producción que se demandaban en mayor cantidad para atender esa demanda exterior. El ajuste se acababa produciendo vía encarecimiento de los precios en el interior con respecto al exterior.
Mecanismos de ajuste
Otro de las observaciones que muestran la perspicacia de Cantillon fue que se dio cuenta de que no todos los ajustes en las balanzas de pagos se hacían a través de la variación de los precios relativos entre bienes nacionales y extranjeros. Así distingue dos vías de ajuste para los desequilibrios monetarios:
Mecanismo de ajuste vía precios: Este ajuste parece más intuitivo. Cuando los precios de los bienes interiores crecen los bienes extranjeros se vuelven más atractivos en precio con respecto a éstos. Por tanto crecen las importaciones y disminuyen las exportaciones provocando salidas de fondos.
Mecanismo de ajuste vía saldos de caja: A veces algunos bienes no son intercambiables internacionalmente y no existe ajuste vía precios. Así que si España no produce “smartphones” es imposible que los móviles españoles se hagan más atractivos en precios a los extranjeros o viceversa. Para esos casos Cantillon se da cuenta de que el ajuste se produce vía agotamiento de las reservas de liquidez del país con déficit, ya que éste indica salidas de efectivo o tesorería del país, y mientras ese desequilibrio perdure los saldos de caja o tesorería se van reduciendo hasta que los ciudadanos tienen que reducir las importaciones.
Economía abierta versus economía cerrada
Richard Cantillon observó también que no todos los precios se comportan del mismo modo ante una expansión monetaria. Se da cuenta de que los bienes más internacionalizados no suben demasiado de precio ya que se pueden importar más baratos desde el extranjero (pone el ejemplo de su época: el maíz). Sin embargo, otros bienes sí que sufren subidas mayores ya que no existe un mercado internacional (por barreras de entrada o por altos costes de transporte) como por ejemplo la carne en el siglo XVIII. Para estos bienes con restricciones al comercio internacional las expansiones monetarias provocaban mayores subidas de precios. Se dio cuenta de que la oferta de estos bienes es mucho más rígida y por tanto la expansión monetaria se hacía notar vía precio más que por vía cantidad. Detalle nada baladí esta diferenciación, y si no fíjense que ha pasado con algunos bienes no transportables cuando se producen booms económicos: por ejemplo la vivienda.
Conclusión
Si algo se puede decir de la obra de Cantillon es su intento de descripción de la realidad económica, una visión subjetiva ya que él fue empresario, especulador y mercader, pero es también debido a este motivo que su enfoque es muy valioso. Este aspecto se deja notar en la irregularidad, la no generalización de los acontecimientos. Aunque establece relaciones directas, en los temas claves no cae en la trampa de establecer relaciones lineales o en el sesgo de la linealidad, sino que permite la irregularidad y la complejidad del mundo económico (como por ejemplo en las expansiones monetarias). La expansión monetaria no es siempre igual, ni tiene siempre las mismas consecuencias, ni es igual en todos los países con diferentes instituciones. Una de las aportaciones más importantes de Cantillon es su escepticismo sobre las grandes tendencias monetarias, en las que siempre buscó los desequilibrios que generaban y por tanto su insostenibilidad.
Referencias:
- Antoin Murphy, The Genesis of Macroeconomics, (2009)
- Antoin Murphy, Richard Cantillon: Entrepeneur and economist, (1989)
- Richard Cantillon, Essai sur la nature du commerce en général, (1730)
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