La crisis de la deuda soberana europea también afectó a su actividad
económica sobre todo vía exportaciones, aunque los efectos no han sido tan
devastadores como la recesión derivada de la crisis financiera mundial. A ello
hay que añadirle, los efectos de la catástrofe natural vivida a principios de
año 2011 y la fortaleza del yen frente a sus principales cruces, aunque todo
esto empieza a cambiar con el cambio de política monetaria del BoJ.
En los últimos dos años, las
autoridades del país del sol naciente con un perfil tradicionalmente
conservador decidieron dar un cambio a su política a raíz de los malos
resultados en 2011. Por tanto, el Banco Central de Japón (BOJ) después de
mantener los tipos de interés prácticamente a 0% los dos últimos años, expandió
su programa de adquisición de activos, iniciado en 2010, en 10 billones de
yenes (aproximadamente 93.773 millones de euros). Este programa ha sido modificado y
ampliado en 2013 con el fin de inyectar liquidez al sistema y depreciar su
divisa para reactivar las exportaciones. Sin embargo, el objetivo principal es salir de la deflación en la que lleva inmerso el
país los últimos 15 años. Por tanto, se puede decir que entra por fin en la
guerra de divisas abierta por flexibilización monetaria con el fin de recuperar
el crecimiento vía sector exterior, dejando de lado su particular temor por las
medidas drásticas. En este contexto y en aras de abandonar la amenaza
deflacionista, fijan el objetivo de inflación en el 1% para 2013 y en el 2%
para 2014, aunque los analistas estiman que la inflación será de un 0,9% para
2014. Esta estrategia es arriesgada, pudiendo provocar una burbuja en los
precios de los activos (rally del Nikkei el último año).
Cruce
JPY frente a las principales divisas (EUR, USD y GBP)
En este último gráfico se aprecia el efecto de la
flexibilización monetaria en la divisa japonesa, a pesar de que no ha sido
inmediato.
A pesar de la mejora de los datos de
consumo y vivienda, con su consiguiente
revisión al alza del PIB de Japón en el 1T 2013, elevado 6 décimas su previsión
de crecimiento para este año, en el 2T 2013 las cifras de PIB de Japón han sido
algo decepcionantes, creciendo un 2,6% frente al 3,6% estimado y 3,8% anterior,
sin duda debido a la corrección del cruce USD/JPY y al retraso en la implantación
de las reformas estructurales y fiscales prometidas por Abe.
La ralentización de la zona asiática
en el 3T ha lastrado la evolución de las exportaciones y el consumo doméstico
interno, a pesar de ser el 4T consecutivo que la economía nipona crece. Se
refleja una contracción importante del PIB desde el 1,9% esperado hasta el 1,1%,
datos que no reflejan las medidas de estímulo del BoJ, así como la mejora de la
situación estadounidense (segundo socio comercial) y la depreciación del Yen. También
debemos tener en cuenta las consecuencias de la flexibilización económica, ya
que la balanza comercial se sitúa en terreno negativo durante este año (a
excepción de los meses de verano). La justificación se encuentra en el incremento
de la dependencia energética y el petróleo que viene del extranjero tras el
parón en la energía nuclear.
En
cuanto a la deuda de Japón, Grecia a su lado parece un buen gestor, ya que su
deuda sobre PIB sobrepasa el 230%.
Si bien es cierto, buena parte de ella está en manos de sus ciudadanos (ver
gráfico de la composición de la deuda), a muy bajo tipo de interés y respaldada
por la consolidada posición de sus activos, por un férreo sistema financiero y
una economía con una divisa de reserva internacional. No es probable que a
corto plazo no pueda hacer frente a la deuda, pero a medio plazo es
insostenible.
A pesar de ello, sigue siendo
considerada como deuda-refugio de los
inversores, al igual que la deuda estadounidense o alemana. Destacamos las
últimas subastas de bonos han mejorado el interés anterior, por lo que la
confianza inversora en la política monetaria nipona queda patente.
La
necesaria reforma fiscal está integrada dentro de las políticas definidas como
“Abenomics” que están
siendo impulsadas por el primer ministro japonés, Shinzo Abe, para paliar la
deuda, por lo que el impuesto al consumo se incrementaría al 8% en 2014 y al
10% en 2015 (desde el 5%, junto a Canadá, el más bajo de la OCDE). Esta
reforma, aprobada en 2012 y pospuesta hasta enero de 2014, aunque supondrá un
freno al consumo privado, facilitará los créditos
baratos a pesar de la magnitud de la deuda. Para acolchar este golpe, se ha
aprobado un paquete de estímulos de 6 billones de yenes de manera proporcional
al aumento del gasto público.
Uno de los datos positivos más
destacables fruto de la política del BoJ ha sido la evolución de la tasa de paro, que en junio de este año ha
descendido a su nivel más bajo desde hace cinco años y medio, estableciéndose
en un 3,9% desde el 4,1% del mes anterior. Desde entonces, dada la
estacionalidad, repuntó hasta el 4,0%, aunque se prevé que la tendencia siga a
la baja. Japón siempre se ha caracterizado por una tasa de desempleo oscilante
entre el 2-3% en los años 80 y 90,
aunque desde el año 2000 empezó a aumentar como consecuencia de las crisis
económicas que le hicieron perder competitividad.
Los
objetivos de inflación, crecimiento y recuperación económica marcados por el gobierno japonés son
ambiciosos y de largo plazo, vislumbrándose síntomas de recuperación que reafirman
la atracción de los inversores. De este lado, recientemente se pronunció el
Presidente del BoJ mostrando su optimismo de que los esfuerzos iban “por el
camino correcto” ante el aumento de la inflación al 1,1% anual (0,9% esperado)
según los últimos datos de finales de noviembre. En cuanto a los mercados financieros,
nos gustaría comentar la evolución y tendencia de los dos índices bursátiles de
mayor relevancia, Nikkei 225 y Topix Index (pequeñas compañías).
El Nikkei es el índice bursátil más popular del mercado japonés,
compuesto por los 225 valores más líquidos (fue creado después de la Segunda
Guerra Mundial en 1949). Como curiosidad, es el índice con la tendencia bajista
más larga de la historia, desde 1989 que tocó su nivel más alto en los 38957 p.
Desde principios de este año, el
Nikkei ha llegado a revalorizarse más de un 50% hasta los 16000 p, sufriendo
una corrección marcada por la incertidumbre macroeconómica de los Bancos
Centrales, en especial la FED y el BCE y la reducción de las previsiones de
crecimiento para China, principal aliado comercial. En cuanto al TOPIX Index se compone del conjunto de compañías japonesas que
cotizan en la Primera Sección del Tokyo Stock Exchange. En el último año, al
igual que el Nikkei, se ha comportado igualmente alcista, indicativo del
aumento de la producción y la facilidad del acceso a crédito en el país nipón.
Un indicador crucial a la hora de
evaluar la economía japonesa es el informe
Tankan del consumidor elaborado a través de una encuesta realizada por el
BOJ de forma trimestral. Este informe se basa en un recopilatorio de
información empresarial con análisis coyuntural. El último informe
del banco central reveló que en el 2T 2013 mejoró la confianza de las grandes
empresas manufactureras hasta +14 (desde +12 anterior), al igual que el índice
de confianza de los grandes fabricantes, lo que señaló que la economía se
encuentra en la senda de la recuperación después de dos años marcados por el
devastador tsunami y la desaceleración económica. Dentro de los principales índices de
referencia del mercado japonés, destaca el efecto que ha tenido la fuerte
depreciación del Yen, que ha provocado que parte del ahorro doméstico abandone
los depósitos bancarios deflacionarios en dirección al mercado bursátil. Además,
los márgenes de rentabilidad de las empresas japonesas aumentaron en el mercado
doméstico ya que se incentiva el consumo ante la pérdida progresiva del valor
de la divisa.
Después de esta evaluación de la
economía japonesa más exhaustiva, la combinación de las políticas económicas,
tanto monetarias como fiscales, otorgan razones para pensar que la recuperación
de la bolsa japonesa es una realidad, puesto que parte de un nivel muy bajo y
tiene todavía un amplio recorrido (empleo, inflación, PIB, industria, sector
exterior…) sobretodo al haber visto los últimos datos de PIB con cinco
trimestres consecutivos de crecimiento. Sin duda, con todo lo expuesto, hay
razones para pensar que Japón será un mercado a tener en cuenta en 2014.
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