Sherlock
Holmes, perseguido por su oponente Moriarty, va de Londres a Dover.El
tren se detiene en una estación intermedia y Holmes se baja allí en
lugar de seguir hasta Dover. Había visto a Moriarty en la estación,
sabe que es muy inteligente y supone que tomará un tren especial más
rápido para atraparle en Dover. La previsión de Holmes resulta ser
correcta. ¿Pero qué hubiera pasado si Moriarty hubiera sido aún
más inteligente, hubiera estimado las capacidades mentales de Holmes
y hubiera previsto sus acciones de acuerdo con ellas? Entonces,
obviamente, se hubiera trasladado a la estación intermedia. A su
vez, Holmes habría tenido que calcular eso y habría decidido seguir
hasta Dover. Con lo cual, Moriarty habría reaccionado de nuevo de
otra forma. De pensar tanto, no habrían podido ser capaces de actuar
en absoluto o el más débil intelectualmente de los dos se hubiera
rendido en la estación Victoria, pues todo el trayecto hubiera
resultado innecesario. (Morgenstein,
1935, pp. 173-174)
Dos
ideas claras dominan esta historia. La primera es que el hecho de
añadir más información a la toma de decisiones de ambos
no reduce la incertidumbre, sólo la transforma, es decir, si
Holmes sabe la elección de Moriarty, y éste es consciente de ello,
cambia su decisión. La segunda idea es que como consecuencia de la
incertidumbre inerradicable existente no existe un
equilibrio en el cuál ninguno de los dos no tenga incentivos a
cambiar de decisión.
En
el caso del mercado de valores, donde numerosos compradores y
vendedores negocian a diario activos podríamos incorporar la misma
idea, sólo que en este caso, Keynes nos ahorró el trabajo y ya en
su día comparaba la bolsa con su famoso “concurso de belleza”:
O,
para cambiar levemente la metáfora, la inversión a escala
profesional podría estar relacionada con esos concursos de los
periódicos en los que los concursantes tienen que elegir a las seis
caras más atractivas de entre cientos de fotografías, donde el
premio es otorgado al concursante cuya elección corresponda de forma
más cercana al promedio de las preferencias de los competidores en
su conjunto; así cada concursante tiene que elegir, no aquellas
caras que él considera que le parecen más atractivas, sino aquellas
que él piensa que resultarán más atractivas a sus competidores,
los cuales están observando el problema desde el mismo punto de
vista. No se trata del simple caso de escoger aquellas caras que al
juicio de uno son más bellas, ni de aquellas cuya opinión media
observa como las más atractivas. Hemos alcanzado el tercer grado
donde dedicamos nuestra inteligencia a anticipar que opinión media
espera la opinión media. Y hay algunos, creo yo, que practican el
cuarto y quinto grado de adivinación o incluso mayores.(J.M
Keynes, 1936)
En
otras palabras, muchos inversores atienden más a este juego de
contraadivinación que al propio juego del mercado (adquirir las
compañías e inversiones con más retorno a largo plazo) En el fondo
no se trata de adivinar en qué acciones obtedrán un rendimiento
superior, sino qué acciones (o qué índices) piensa la mayoría que
tendrán un rendimiento mayor y anticiparse. Y a su vez esa mayoría
puede observar el juego del mismo modo.
Eventos
típicos y eventos exclusivos
Hablamos
de eventos típicos con aquellos sucesos que sí que
responde a ciertas regularidades o que al menos nuestra propia
predicción no afecte al suceso, como por ejemplo cuánta cantidad de
agua caerá el próximo año en una ciudad. También existen eventos
típicos en el mundo social, así que todo el mundo puede predecir
que en Nochevieja mucha gente saldrá a la calle a celebrar la
entrada en el año. En este tipo de sucesos existen equilibrios más
estables, por cuanto la cantidad de agua que cae en una ciudad suele
ajustarse a una distribución estadística y tiene que ver con
cuestiones climáticas y naturales, que no cambian o cambian muy
lentamente. En el mundo social, las costumbres y las convenciones
también cambian, pero de forma muy paulatina, en este entorno los
seres humanos podemos tener “cierta certeza” de que el
suceso se repetirá, y el hecho de que lo sepamos no afecta al
suceso (sino que en ciertos casos lo refuerza). Así la
proyección de beneficios futuros de una compañía tiene importantes
elementos típicos, es decir, existe cierta información que nos
puede dar una pista de cuál será el rendimiento futuro, aunque no
es un conocimiento perfecto, ya que la información está dispersa y
no todos tienen las mismas opciones de acceso y a su vez existen
eventos totalmente impredecibles. Las expectativas de beneficios no
afectan a la propia generación de beneficios como sí lo hacía en
el “concurso de belleza”. Si el precio del activo crece demasiado
algunos inversores empiezan a pensar que el activo no va a cumplir
sus expectativas y deciden vender empujando el precio a la baja,
mientras que si baja demasiado la acción empieza a ser atractiva
para aquellos inversores que crean que su rendimiento futuro será
mayor del que refleja su precio y por tanto empujarán al alza el
precio. De este modo, el precio se mueve en cierto equilibrio, en
cierto intervalo de precios (no quiere decir que los inversores vayan
a acertar ni mucho menos). En este caso no se da el grado de
incertidumbre que se daba en el concurso de belleza de Keynes.
Por
otro lado, esperar a que lleguen los rendimientos futuros de las
compañías conlleva un largo proceso de tiempo y paciencia y muchos
inversores ven atractivo jugar de otra forma distinta. Para ellos lo
que importa no son los rendimientos reales de las compañías sino el
qué opinan el resto de inversores sobre ellas o que opinarán. Es
decir, invierten según las expectativas del resto de inversores
(adelantándose a ellas). Al fin y al cabo, los beneficios de las
compañías tardan mucho en llegar pero las expectativas cambian
rápidamente según la información nueva va llegando. Estos
eventos son únicos o exclusivos, por cuanto mi propia percepción
del suceso modifica el suceso. Mi propia expectativa de las
expectativas del resto podría cambiar las expectativas de éstos,
así que si yo creo que el resto de inversores van a mejorar sus
expectativas sobre una compañía yo me adelanto y ya modifico el
propio precio de la compañía. Es más, algunos de los inversores
pueden adelantarse a mi propia expectativa, y actuar en consecuencia
(volviendo a modificar el suceso). Si el martes un grupo de
inversores cree que la cotización de una compañía subirá el
viernes, compran el martes y hacen subir la cotización de forma
adelantada a la expectativa prevista. Hemos vuelto al
concurso de belleza de Keynes. La incertidumbre existente en este
juego es inerradicable, ya que más información
disponible para todos no la elimina, solo la transforma (más
información para una minoría cambiaría el juego – información
privilegiada).
La
bolsa tiene aspectos de ambos procesos. De hecho ambos juegos son
jugados al mismo tiempo por muchos inversores en el mismo marco de
negociación de títulos. Esto hace que existan
ciertas características típicas en la bolsa y otras
exclusivas, dicho de otra forma, existen ciertas regularidades en
el precio de las acciones pero también ciertos movimientos
totalmente impredecibles. La probabilidad de ver Inditex mañana a
10€ por acción es prácticamente nula, por pura lógica de
descuento de beneficios (característica típica) y sin embargo no
sabemos con precisión qué hará la cotización la próxima semana
(posibilidad de contraadivinación y evento único). Mientras que el
primer proceso mucho más ordenado, el segundo es un proceso caótico
e impredecible. Ambos procesos son importantes e imprescindibles, por
cuanto el primero aporta una valoración de los activos y el segundo
liquidez al mercado permitiendo que se intercambien a diario todo
tipo de activos. Podríamos decir que la bolsa es un completo
desorden dentro de un orden (el caos dentro de un proceso
ordenado).
Tanto
los conceptos como la nomenclatura (patrones típicos y exclusivos)
que he utilizado en este apartado están básicamente extraídos
de La Economía del tiempo y la ignorancia (O’Driscoll
y Mario Rizzo).
El
juego es aún más complejo
Para
hacerlo aún más complejo, la bolsa incorpora muchos más factores
que la hacen aún más compleja. Creo que es evidente que no todas
las decisiones de los que invierten en bolsa son tan racionalizadas
como hemos supuesto anteriormente ni incorporan la misma información.
Así que la bolsa mete en el mismo juego a los novatos,
experimentados, mediocres y brillantes. La capacidad de predicción
de los beneficios futuros no está tan avanzada en unos como sí lo
está en otros, la capacidad de adivinación y contraadivinación
tampoco. No es de extrañar que la clave para tener éxito en bolsa
sea el pensamiento de segundo grado como diría Howard Marks, ser
capaz de entender lo que está pensando el resto y actuar en
consecuencia (ser capaz de ver más allá), la perspicacia que no
todos tienen. También existen elementos que otorgan patrones típicos
de comportamiento, como los sesgos cognitivos inherentes
a todos los seres humanos, y otros que elementos que
aportan aleatoriedad, como el hecho de invertir como si
se tratase de un juego de azar.
Los
sesgos cognitivos y otros patrones típicos: el verdadero botín para
el buen especulador
Hablar
de los sesgos inherentes al ser humano a la hora de razonar o tomar
decisiones daría para un libro entero. Un ejemplo de estos fenómenos
es el sesgo de la linealidad, consistente en proyectar
una trayectoria lineal a lo que ya sucedió anteriormente (ej: si el
precio de esta acción lleva subiendo 4 años seguidos un 10% anual
el año que viene subirá un 10% anual). Otro ejemplo sería los
sesgos de la psicología de masas, huir cuando todos
huyen o ir cuando todos van. Para un análisis exhaustivo de estos
sesgos ver Nassim Taleb (Fooled By Randomness - 2004) y
el experimento de Kahneman (racionalidad limitada). Por motivos de
espacio no vamos a tratar el por qué de las limitaciones de
raciocinio del ser humano, ya que eso es trabajo para la psicología
y la biología. Sin embargo, lo que nos interesa de estos
sesgos es su regularidad o sus patrones típicos.
A
veces muchos de estos patrones no responden a sesgos en la toma de
decisiones, sino a tendencias relacionadas con el mundo real entre
las que yo destacaría la situación crediticia y de
liquidez. De nuevo aquí hemos vuelto a un mundo más regular
donde la información si puede reducir parte de la incertidumbre. El
ciclo económico marca claramente la bolsa, influyendo en las
expectativas de los inversores. Es muy interesante considerar la
Teoría Austriaca del Ciclo Económico, como una explicación en
donde el sistema financiero transmite información errónea (durante
el ciclo expansivo) a los empresarios e inversores. Al parecer este
proceso de expansión y recesión tiene algunos patrones típicos que
se repiten de forma recurrente, aun reconociendo la imperfección y
la no regularidad absoluta de los mismos. Sería interesante saber
en qué punto podemos separar la teoría del ciclo y los
sesgos cognitivos, ya que probablemente la primera no sería
posible sin lo segundo, y resulta por tanto casi imposible aislar los
sesgos cognitivos de la evolución del ciclo (que también depende de
otros factores).
¿Son
estos errores sistemáticos para siempre? El ser humano tiene
capacidad para aprender de sus errores pasados y puede ir superando
con su experiencia estos sesgos, pero siempre llegan novatos al
mercado y siempre hay inversores que no aprenden. De hecho, hasta el
más consciente de estos sesgos puede caer en ellos.
Conclusión
Las
simplificaciones de este proceso como la Teoría de los Mercados
Eficientes o simples modelizaciones matemáticas que se han colado en
la discusión académica carecen de fundamento. Como muchas de las
teorías económicas dominantes, pecan de objetivismo y de simplismo.
La bolsa no es más que otro ejemplo de lo compleja que es la
economía y el mundo social que algunos pretenden modelizar por
completo y en su conjunto con un puñado de ecuaciones. Debido a
muchos de los aspectos que he descrito, creo que es evidente que la
predicción con certeza y precisión de lo que hará un índice o un
valor no es posible, al igual que las predicciones de los organismos
internacionales y gurús son muy débiles y se sobrevaloran.
Para
entender la bolsa o el mercado de valores será fundamental no sólo
saber si algo está caro o barato, sino entender por qué lo está y
qué perciben el resto de inversores o especuladores (ambos órdenes).
Creo que hay mucho por explorar en el mundo de la bolsa sobre los
sesgos en la toma de decisiones, y por tanto en lo que se conoce como
“Behavioral Economics”. En mi opinión, tanto esta corriente como
las escuelas económicas que no andan ancladas en el objetivismo y en
el platonismo llevan un pie por delante.
Al final de lo que se trata es de segmentar el mercado y ver que probabilidad de un segmento este actuando con respecto a pautas concretas, y que parte del mercado esta pensando a nivel 3 o 4 con respecto al resto de participantes, algo muy complicado, al final es un juego de probabilidad, el que sabe contar cartas mejor es el que tiene mas probabilidad de ganar en el largo plazo, el problema es que hay cartas de muchos tipos y hay que conocerlas todas.
Bravo Enrique! Enhorabuena por el material que estás escribiendo últimamente porque te estás superando, y eso que no era fácil!
La Teoría de juegos es clave en cualquier ámbito consistente en tomar decisiones.
Se trata de identificar probabilidades y patrones de conducta para intentar optimizar nuestra estrategia.
Personalmente me parece una de las ramas más divertidas de las matemáticas.
Enhorabuena por tu artículo
Enhorabuena por tu artículo.
Me ha recordado a la partida de ajedrez que finalmente terminó en "tablas" sin que ninguno de los oponentes hubiese movido ni una sola pieza.
Cada uno sabía el movimiento que iba a hacer el otro, y el movimiento posterior a ese, y el siguiente, y el siguiente, etc.
Dicen que cuando la máquina "Deep Blue" ganó a Kasparov fue porque cometió un error que "descolocó" a Kasparov, ya que hizo un movimiento que él no esperaba.
Saludos.
El duelo hombre-máquina en ajedrez es muy interesante. La última vez que leí la evolución de un match fue de Kasparov. Acabó en empate, pero aún todavía el hombre tenía ventaja en lo que se conoce como estrategia, planificación de la partida a largo plazo y la computadora desde luego tenía ventaja en táctica, combinaciones más directas. Hace tiempo que no sigo el tema. Pero creo que el hombre tiene más capacidad creativa que la máquina aún, así lo demostraron las dos innovaciones teóricas que hizo Kasparov en la primera partida, dejaron al oponente descolocado.
Muy buen articulo, y interesante esta rama de la inversión.
Como dijo Warren Buffett sobre la teoría del mercado eficiente y la teoría moderna de carteras:
"You couldn't advance in a finance department in this country unless you taught that the world was flat"
Como dijo Warren Buffett sobre la teoría del mercado eficiente y la teoría moderna de carteras:
"You couldn't advance in a finance department in this country unless you taught that the world was flat"
Sí, Warren Buffet desprecia mucho a esa clase de gurús y teóricos dominantes. Creo que la teoría de los mercados eficientes tal y como está formulada es absurda. Es increíble que te venga un profesor en la universidad y te la defienda.
La teorÃa de los mercados eficientes tiene su sentido, aunque el sentido comun te dice que no puede ser 100% fiable, simplemente si los mercados fuesen eficientes nadie tendria incentivo para estudiarlos y si nadie los estudiase dejarian de ser eficientes, por lo tanto tiene que ser un punto intermedio, suficientemente eficiente como para que las inificiencias obvias y rentables esten arbitradas y suficientemente ineficiente como para que los que se dedican profesionalmente a ello y ponen recursos le puedan sacar un rendimiento.
Aunque el mundillo de las finanzas es el mundillo de la ignorancia, de ahi se saca el dinero, de la ignorancia de la mayoria.
Muy buena tu frase: "Aunque el mundillo de las finanzas es el mundillo de la ignorancia, de ahi se saca el dinero, de la ignorancia de la mayoria."
La teoría de los mercados eficientes tiene dos problemas básicos que no tienen que ver con si funciona al 100% o no. El primero es que si los que invierten son capaces de analizar y observar toda la información disponible (desde luego que no). El segundo es que una vez que tienes la información, mucha de esta información es de tipo cualitativo, nada que ver con números. Por tanto, cuando el inversor va a valorar un activo tienen serias limitaciones para poder establecer con precisión un precio. ¿Cómo se incorpora cuantitativamente el hecho de que el consejo de administración es muy bueno? Siempre será subjetiva la importancia que le atribuyas a ese factor. De acuerdo en que los inversores no son tontos, en desacuerdo con que son sobrehumanos.
Pues entonces si que tiene que ver con si funciona al 100% o no, funcionara al 80% o al 90%, o a lo que sea..., ya que la calidad y la disponibilidad no son del 100%.
Ademas de eso, tenemos las burbujas y demas que podriamos decir son comportamientos humanos y teoria de psicologia de masas, que tambien hacen que el mercado deje de ser totalmente eficiente.
Pero yo creo que la mayor parte del tiempo si es bastante eficiente.
Excelente artículo.
Gracias por el artículo y los comentarios, excelentes y he disfrutado mucho.
¡Saludos!
Gracias.
Creo que hay que saber escoger el juego (o proceso) donde sepamos (con alto grado de probabilidad) que tenemos un "edge" frente al resto de participantes.
Existen muchas ventajas para el pequeño inversor y podemos "jugar juegos" donde claramente tenemos un "edge" frente a los institucionales y profesionales. Uno de esos "juegos" se llama invertir a largo plazo, pero no hay que confundirlo con estar entrando y saliendo del mercado durante un periodo largo de tiempo.
La cuestión es jugar un juego diferente al que la mayoría juega; uno donde podamos explotar los sesgos cognitivos que la mayoría comete; uno donde aprovechemos la confusión que la mayoría tiene entre volatilidad, incertidumbre y riesgo; uno donde nosotros no le tenemos que reportar a nadie cada trimestre y donde nuestros objetivos no dependan de lo que el mercado haga o deje de hacer.
Yo comenzaría por modificar mi entorno para invertir mejor.
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Acerca de la EMH, hay que recordar dos cosas: (i) que existen diferentes versiones y entre ellas la versión soft o débil, sí reconoce que a través del análisis fundamental se puede ganar arriba de la media. Pero el problema sigue siendo el mismo: cómo saber con antelación de 10 a 15 años, quiénes serán los que ganen arriba de la media y si lo seguirán haciendo después de ese periodo. Otro problema mas personal sería cómo saber si yo voy a lograr batir la media después de tantos años porque si pasan 10 o 15 años y no lo logré pues entonces ya "desperdicié" bastantes años para probarme equivocado.
Tal vez lo mas razonable para no caer en algunos sesgos (overconfidence, wishful thinking, sunk cost fallacy o Compromiso y Consistencia) sería no apostar todas mis fichas a una única estrategia y/o filosofía. Al menos eso es lo que yo hago, y no me libra de equivocarme.
(ii)la otra cosa que hay que recordar sobre la EMH es esa última "H" que significa hipótesis, es decir, no es una ley y al igual que el resto de las hipótesis y teorías a lo largo de la historia, esta también estará mal y/o incompleta, pero eso no quiere decir que la debamos tirar completamente a la basura. Todas las teorías e hipótesis de todas las ciencias se han ido construyendo una encima de la otra a través de fallar una y otra vez. Sin alquimia tal vez no hubiésemos tenido química, sin astrología tal vez no hubiésemos tenido astronomía, sin EMH tal vez Bogle no se hubiese animado a crear Vanguard y sus productos indexados de bajo coste.
Yo tampoco estoy de acuerdo con mucha de la ortodoxia académica, pero estoy consciente de que a veces es necesario tropezar un par de veces para caminar un par de pasos.
Saludos
En respuesta a Gaspar JGF
La hipótesis de los mercados eficientes es una mala reformulación de la idea de que en el mercado se tiende a incorporar toda la información de los participantes. El mecanismo es sencillo, si algunos de los participantes tienen mejor información o enfoque del problema, tienen incentivos a participar en el mercado empujando a los precios hacia donde deberían estar si todos tuviesen información completa. Es decir, el mercado es un proceso muy potente de agregación de información gracias a la posibilidad de obtener un beneficio para aquellos que detecten ineficiencias.
Sin embargo, en la escuela de pensamiento económico dominante, se tiende a objetivizar todo, y la formulación es que los mercados reflejan la nueva información al instante, de forma autómatica. El único motivo para considerar esto es que al considerar precios continuos se pueden empezar a utilizar herramientas mateḿaticas para sus modelos. Esto es obviamente absurdo, por cuanto el proceso requiere tiempo. Ese tiempo pueden ser días, o pueden ser años, dependiendo de las circunstancias. Depende también de la habilidad de los que participan, no es lo mismo un mercado donde los operadores tienen más experiencia que uno con jugadores más novatos. No todos participan en los mismos mercados. No es lo mismo la cotización de Google que la de una small cap que cotiza en el Nasdaq, en el primer caso participan muchos más inversores y el proceso de agregación es más rápido. Yo diría por tanto, que el mercado es eficiente en términos dinámicos, con el paso del tiempo. Aunque las nuevas circunstancias producen nuevos desequilibrios, existe una tendencia a reflejar la realidad de las empresas. Para mí es un proceso que requiere tiempo, no un proceso automático en el cual se entiende: "en el precio de hoy está todo".
Por lo tanto, yo tengo un respeto por el mercado, en el sentido de que es un defecto creerse más listo que él siempre. Pero a la vez también creo que se dan a menudo situaciones en las que se puede uno aprovechar. Resumiendo, en el mercado participan inversores y especuladores habilidosos, pero también operadores estúpidos. Nate Silver decía que en el póker online comenzó a ser mucho más difícil ganar dinero cuando se endurecieron los requisitos para participar en los portales online, muchos jugadores poco hábiles se retiraron del mercado y solo quedaban los que eran capaces de obtener ganancias consistentes. En el nuevo juego era más difícil ganar, porque los rivales eran mucho más duros. Creo que esto es una buena ilustración.
Además, viendo la historia de los mercados existen regularidades y muchos operadores vuelven a caer en los mismos errores (a lo mejor son participantes recién incorporados), existen serias limitaciones para interpretar bien la información que va llegando. Todos sabemos que hay operadores muy cortoplacistas y en muchas ocasiones se tiende a sobreponderar la información más recientes en el análisis.
En fin, gracias por el comentario y ya ves que este tema es crucial para elaborar una filosofía de inversión de éxito. Entender el fondo del asunto y entender por qué algunos estilos de inversión funcionan.
Un saludo.
En respuesta a Enrique García Sáez
jeje, mi punto acerca de la EMH realmente no era discutir por qué la EMH está mal (aunque entiendo que te estás refiriendo a la forma dura y no a la débil).
De hecho creo que aquí podríamos utilizar ese segundo nivel de pensamiento o incluso en tercer grado.
La EMH con todas sus fallas e incongruencias ha dado pie a muchos avances, por ejemplo, el descubrimiento de factores y con ellos muchos casos de éxito como AQR y DFA. No solo eso sino que también a dado mejor luz a la farsa de la mayoría de Fondos de gestión activa y la importancia de las comisiones. Además ha iniciado un debate muy nutritivo y originado o dado mas reflectores a muchos trabajos contra ella misma como los de Shiller y muchos del behavioral finance.
Yo mismo tampoco estoy de acuerdo con la EMH tal y como Fama la dio a conocer, pero sé reconocer que su aparición a dado pie a muchos nuevos descubrimientos y opiniones contrarias que han iluminado mejor este mundillo.
Y lo mismo va para la "matematización" de las finanzas y economía. Claro que ha habido terribles errores, pero también han ayudado a entender mejor muchas cosas, sobre todo en ramas de la economía de las que pocos hablan y que son aun mas discretas (en el sentido matemático) que los Mercados. Por ejemplo, la micro, la de desarrollo, la laboral, la agrícola.
Y de hecho en los mismos Mercados y en las inversiones han dado pie a geniales estrategias como el arbitraje estadístico o el índice VIX.
Muchas cosas que hoy parecen normales eran absurdas hace 100 años. Yo no sé qué van a decir en 100 años de lo que hoy nos parece absurdo.
Por esto es que creo que no solo hay que juzgar a una teoría o hipótesis por sí misma, sino por todo lo que aparece debido al debate de ideas que engendra.
Saludos
En respuesta a Gaspar JGF
Está claro que el error ayuda a avanzar al conocimiento. Cuando alguien dice que una teoría es un errónea, no creo que necesariamente haya que verlo como algo negativo. Precisamente, los que se oponen a la hipótesis son los que la enriquecen y no los que le hacen la ola a las primeras de cambio.
Digamos que no estoy juzgándola, ni siquiera critico a Fama. De hecho, mucha gente malinterpreta el trabajo de Fama y no me parece justo. Simplemente, no la compro. En el libro del que saco los extractos de este artículo es un buen enfoque sobre cómo pensar sobre estos temas.
Un saludo.
En respuesta a Enrique García Sáez
Sí, recuerdo que cuando Hugo se refirió a Shiller y Fama como evolucionistas Vs creacionistas yo le comenté que lo que la mayoría dice de Fama son mas bien mitos y verdades a medias.
La verdad es que el tío tiene merito. Hay por ahí una conversación con él y Thaler muy buena.
Saludos