“The measure of intelligence is the ability to change.” – Albert Einstein
Como bien saben, desde este blog siempre hemos defendido la observación de los objetivos personales y del perfil inversor como elementos indispensables para la elección de la inversión. Así como los primeros pueden mudar, la tolerancia al riesgo suele permanecer. Si bien solemos observar cambios en los comportamientos de los inversores en función del crecimiento de cada mercado. La atracción y consciencia son más por la rentabilidad que por el riesgo.
Representado en un gráfico, el escenario que actualmente hay es el que sigue:
Rentabilidad por clase de activo vía Market Insights de JP Morgan
Así en los tiempos actuales, es lógico pensar que quien tiene más dificultades para arañar “intereses” a su cartera es el inversor particular. Con tipos de interés tan bajos y con la banca tan saneada ni la renta fija ni los depósitos son ya los perfectos aliados que antes eran.
Escenario renta fija vía Market Insights de JP Morgan
Como pueden observar, en algunos casos puede hasta penalizarte estar invertido en este tipo de activos por el retorno negativo que aporta a la cartera. Además, hay factores que no podemos (y éste es uno de ellos) obviar:
Como todo cuanto nos acontece, ninguna política monetaria es permanente así como tampoco lo son nuestras circunstancias vitales. De este modo, no es recomendable que nos dejemos llevar e influir por las situaciones presentes máxime cuando la planificación es a largo plazo. Pero una cosa es no perder de vista el objetivo y el camino y otra muy distinta es no tener que aprovechar los cambios que se dan.
Como he señalado en el primer párrafo, la búsqueda de mayor rentabilidad implica mayor riesgo. Desconfíen si no es así. No obstante, puede controlarse con una mayor diversificación. En el caso que nos ocupa, riesgo sería bajar la calidad crediticia, esto es deuda corporativa high yield y deuda emergente, para aprovechar la mayor rentabilidad y mayor cupón que vamos a percibir.
Habida cuenta de los parámetros a controlar, la preferencia en la inversión actual en renta fija debiera ir encaminada hacia fondos de inversión con políticas flexibles en su modelo de inversión. Al respecto, decir que sí es imperativo que , previo a seleccionar cualquier fondo, lean y comprendan la política de inversión del equipo gestor. Así, observemos el distinto comportamiento de una gestión de renta fija tradicional versus a una flexible:
Renta fija flexible versus tradicional
Acudiré a la magnífica Tribuna que hizo David Ardura, subdirector de Gestión de Gesconsult, en Funds People para la definición de la gestión flexible (ver artículo). Así, los equipos gestores flexibles son aquellos que cuentan con la posibilidad de combinar diferentes activos en la cartera (renta fija corporativa, acciones, deuda pública, divisas y liquidez), que tengan un cuidado control del riesgo y, especialmente, la capacidad de adaptar sus carteras a un cambio de escenario.
No hay mayor valor en la gestión que aquel que se basa en el compromiso.
Identifíquese ó regístrese para comentar el artículo.