El factor diferencial de las acciones frente al resto de activos

14 de octubre, 2016 8
Inversión en compañías cotizadas. Interesado en la historia del pensamiento económico y los ciclos económicos.
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En los mercados no importa tanto la inteligencia y la acumulación de grandes conocimientos técnicos como recordar los puntos más importantes sobre el mercado de acciones. Es el estómago y no la cabeza la que determina los resultados del inversor, decía Peter Lynch.

La gran diferencia de las acciones de compañías cotizadas con respecto a otros activos se encuentra en la posibilidad que tienen las empresas de reinvertir sus beneficios, obteniendo tasas superiores de rentabilidad a las que se logran en la mayoría de activos financieros. La clave es la rentabilidad que obtiene cada compañía cuando reinvierte sus beneficios en su propio negocio en vez de distribuirlos en dividendos, como bien demuestra Joel Greenblatt en su libro "El pequeño libro que bate al mercado". Por lo tanto, no solo nos importa la relación entre la valoración en bolsa de las compañías y sus beneficios actuales, sino qué tasa de rentabilidad obtienen cuando abren más establecimientos, nuevas líneas de negocio o se expanden a nuevos mercados.

Este aspecto determina diferencias gigantescas a largo plazo entre unos activos y otros. Veamos algunos ejemplos concretos. Esta es la evolución de la cotización de Google e Inditex, dos compañías con una rentabilidad por capital empleado excepcional mantenida en el tiempo:

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Estas compañías han logrado una rentabilidad extraordinaria para sus inversores gracias a que han sido capaces de reinvertir sus beneficios y recursos a unas tasas de retorno espectaculares. Cada vez que Alphabet/Google abría una nueva línea de productos y fortalecía su ecosistema, era capaz de sacar una rentabilidad a estas inversiones superior al 20%. Veamos la diferencia entre lograr un 5% de rentabilidad por capital empleado frente al 20%. La siguiente simulación muestra dos compañías que reinvierten todos sus beneficios año a año. La compañía A logra un 5% por cada euro que reinvierte en su negocio, mientras que la compañía B logra un 20%:

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La primera impresión es que si la rentabilidad de reinversión es 4 veces superior, se obtendrá cuatro veces más crecimiento. Pues no. La capitalización compuesta no es lineal, y un 20% es más que cuatro veces un 5% a lo largo del tiempo. Esto explica que las buenas compañías sean capaces de generar un crecimiento y rentabilidad para los accionistas espectacular.

Incluso aquellas empresas que no logran rentabilidades por capital empleado tan altas, pueden mejorar los resultados de cualquier otro activo financiero. Muchas de ellas generan rentabilidades del 8% o 9%, y pueden ser ideas de inversión atractivas si son compradas a un buen precio. La renta fija, los bonos, las materias primas y los inmuebles no reinvierten los rendimientos que generan de forma automática, sino que el inversor debe obtener los rendimientos y reinvertirlos, lo que supone una clara desventaja fiscal. No va a tener casi nunca a mano la posibilidad de reinvertir esos recursos a tasas reales (después de descontar la tasa inflación) del 8% o 9%, incluso superiores.

La otra clave es que las empresas sean capaces de mantener estas tasas de reinversión tan altas, ya que suele aparecer la competencia feroz para reducirlas hasta niveles más comunes. Aquí entran en juego las garantías que tenemos como inversores de que esas compañías geniales sigan disfrutando de semejantes retornos de reinversión de beneficios. Estas garantías a veces existen y son las ventajas competitivas, la posición de estas empresas frente a sus rivales, las barreras de entrada frente a los potenciales competidores y cualquier factor que proteja estos rendimientos extraordinarios.

Este es el motivo por el cual cuando analizamos compañías no solo queremos saber los retornos que han obtenido, sino por qué es probable que se mantengan. Nos interesan los factores permanentes por los cuáles algunas compañías van a seguir disfrutando de unos retornos excelentes. Alta rentabilidad por capital empleado y durabilidad de la misma es lo que buscamos, así como un precio atractivo. Un precio atractivo significa observar la relación entre el valor de la compañía y los beneficios que ha logrado recientemente, así como establecer unas expectativas de posible crecimiento y observar la rentabilidad que nos ofrece en los momentos actuales.

Volviendo al punto inicial, todos estos ejemplos ilustran la diferencia fundamental de las acciones de compañías frente a la renta fija, inmuebles o materias primas. El activo tiene vida propia y se caracteriza por un funcionamiento interno que puede multiplicar por varias veces la rentabilidad inicial que ofrecen con el paso del tiempo. Este es el secreto de la renta variable y la razón por la que a largo plazo suele ser la mejor categoría de inversión.

Mientras la mayoría está pendiente de evitar la siguiente bajada o aprovechar la siguiente subida, mi objetivo primordial es aumentar la tasa de aciertos a la hora de escoger valores. Una mayor tasa de aciertos es algo mucho más útil que acertar con los momentos o puntos concretos escogiendo peores valores. No es necesario acertar siempre para obtener rendimientos satisfactorios, una relación 50% de aciertos frente a 50% de errores puede dar buenos resultados. Elevar esa tasa de aciertos se consigue buscando más ideas de inversión, conociendo más negocios y sectores y depurando la lógica de nuestros razonamientos. Justo lo que hacemos semana a semana en la Cartera Value, donde no nos limitamos a la bolsa española o a un tipo concreto de empresas, sino que buscamos en varios mercados y en diferentes sectores en busca de más aciertos a largo plazo.

Obviamente, el inversor puede cometer errores a la hora de escoger. Pero basta con realizar una serie de aciertos para lograr rendimientos satisfactorios. El abanico de resultados es asimétrico, solo se puede perder el 100%, mientras que se puede ganar un 300%. Creo que es evidente que lo más productivo para el inversor es esforzarse por intentar aumentar esa tasa de aciertos en compañías que, como hemos visto, son capaces de aumentar considerablemente la rentabilidad para el accionista muy por encima que cualquier otro tipo de activo financiero.

Cartera Value: Si está interesado en el análisis de compañías desde una perspectiva de largo plazo, no dude en visitar la página de información de la Cartera Value.


Usuarios a los que les gusta este artículo:

Este artículo tiene 8 comentarios
En respuesta a José Luis Méndez González
Yo la ví pero en aquel momento tenía el capital comprometido.
Ahora también se puede invertir, pero sería mejor esperar a un retroceso general en las bolsas.
15/10/2016 12:58
En respuesta a david zaruski
Solo decirte que mientras Inditex siga siendo lo que es y Google tres cuartos de lo mismo lo del toro pasado no será importante...

Podrías haber dicho eso de Altria y alguna tabaquera en los años 90... Te invito a que veas sus rentabilidades comparadas con el mercado desde entonces...

Si los datos de YCharts total return no fallan, comentarte que Altria multiplicó por 100 desde mediados de los 70 a mediados de los 90 y que desde mediados de los 90 hasta ahora ha multiplicado por 180 más o menos... No está mal ese descubrimiento tardío...

Y yo apuesto a que Altria y otras tabaqueras seguirán batiendo al mercado mientras sus condiciones básicas no cambien.

Un saludo y gracias de nuevo Enrique, eres un fenómeno que no se me olvide decírtelo.
15/10/2016 22:10
Excelente artículo Enrique. Este tema de VITAL importancia, y sin embargo ignorado globalmente por parte de los inversores, que en su mayoría no entienden la LCC (Ley de Capitalización Compuesta), que por otro lado es "EL" gran secreto de la vida y la naturaleza. Es decir, las progresiones geométricas son la clave, y se escapan al entendimiento humano, que por naturaleza es lineal.

Hay un punto clave que mencionas en otros artículos pero no en este, y es la importancia radical del LARGO PLAZO. Porque la LCC como cualquier progresión geométrica, manifiesta su potencial (casi mágico) en el largo plazo, y cuanto mayor sea el plazo, mejor. A partir de 20 años ya empezamos a ver los efectos. Con 40 años es descomunal. Así que cualquier inversor de 25 años debería jubilarse millonario, de esto no hay duda, con tal de obtener unos rendimientos medios (la media del mercado con gestión pasiva por ejemplo). Si además puedes batir un poco o mucho al mercado, pues todavía mejor.

En mi curso de Análisis Técnico hablo largo y tendido de esta LCC, y de la importancia del largo plazo. Como bien dices, solo puedes perder el 100% de una inversión, pero puedes ganar un 300%...o un 800%. Esta ASIMETRÍA de las pérdidas y ganancias sólo se da si inviertes a largo plazo, y por eso es tan importante darte esa posibilidad.

El largo plazo es un tema psicológico clave. El ser humano, y todavía menos en las sociedades actuales, tiene dificultades para pensar a largo plazo. Por eso la gente de la calle no invierte en bolsa: siempre tiene en mente algún episodio dramático y ve riesgo a corto plazo (<10 años) en vez de ver la estabilidad y fuerza de largo plazo, que es de la que habla J. SIEGEL en su libro.

En resumen, artículo para guardar, y para profundizar en el tema ;)

Saludos !
18/10/2016 13:39
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